La especialista en didáctica de las matemáticas, de la Universidad de Sevilla, explicó a docentes de Piura y alumnos de Educación que los problemas de la vida cotidiana son la mejor forma de enseñar números.
Por Tania Elías. 12 julio, 2018.La doctora Sánchez-Matamoros, especialista en didáctica de las matemáticas, profesora de la facultad de Educación de la Universidad de Sevilla (España), estuvo en la UDEP, donde dialogó con estudiantes, profesores y autoridades académicas sobre “Hacer matemática en la clase de matemática”. Para ella, los docentes tienen retos importantes.
Las matemáticas suelen ser complicadas para los alumnos y padres de familia, ¿qué debe hacer el maestro para que estas lleguen al alumno?
Según los estándares curriculares, a nivel internacional, ahora las matemáticas se acercan a los estudiantes planteando problemas que puedan sufrir en su vida cotidiana, con los amigos y familia, en todas las edades. El niño, cuando hace un reparto equitativo de un paquete de galletas, usa las matemáticas. El acercamiento, a través de las situaciones de la vida real y no del estudio procedimental de la asignatura, como se hacía antes, es un aprendizaje que se construye con comprensión y perdura a lo largo del tiempo.
¿Qué tipos de problemas se pueden plantear?
En matemáticas te surgen problemas en un sentido amplio. Tengo un puñado de caramelos que me ha regalado mi mamá y lo compartimos con la clase. Eso es aritmética. Para álgebra, un ejemplo es una fiesta en la que voy colocando mesas juntas y cada dos mesas voy a poner dos sillas y cada cinco mesas puedo poner x sillas. ¿Cuántas mesas necesitaría si tengo mil invitados? Son términos que te ayudan a pasar al término n. En estadística, el tema electoral puede ayudar. ¿Qué significa que este partido tenga un 43% en los resultados? Es un asunto del que los niños y adolescentes oyen hablar en casa. Cada parte de las matemáticas se puede traducir en problemas que resulten cercanos al estudiante.
¿Y qué pasa con los sistemas?
Hoy se están aprendiendo nuevos sistemas que no son algorítmicos. Son métodos abiertos. Cada niño va sumando y restando de su propia forma. Una vez que ha aprendido el procedimiento lo va automatizando porque ya no le hace falta construir el proceso cada vez que lo hace. Es como el que aprende una receta: al principio la consulta tres veces, por ejemplo. Cuando la automatiza, ya no debe medir porque la ha hecho tantas veces que ya no tiene que verla. Lo mismo pasa con la forma de aprender a sumar, restar, etc.
Encontrar estos problemas de la vida real es fácil para un profesor que ha aprendido otra forma de enseñar, ¿no?
Lo he comentado con docentes. Es un proceso que nos resulta complicado porque supone cambiar el punto de vista con el que hemos aprendido. Hace años, se enseñaba a través de procedimientos, algoritmos, primer paso, segundo paso. Hoy, la nueva visión de la enseñanza es diferente. Es más complicado para el docente que para el alumno porque cuando este empieza a aprender así es por descubrimiento, va construyendo su propio aprendizaje, entonces está más sencillo; pero, al que realmente le cuesta trabajo es al docente que tiene que cambiar de perspectiva con respecto a cómo enseñar porque los estudiantes aprenden de forma distinta.
Es todo un reto.
Sí, porque no es tan fácil como yo lo explico. Cuesta trabajo encontrar ese problema cercano, pensar realmente cómo se está construyendo la trayectoria de aprendizaje del niño e ir secuenciando los problemas. Es difícil porque puede generarle, en un momento determinado, una ansiedad por no ser capaz de resolver el problema. Entonces, es una visión nueva y compleja. Supone un reto para toda la profesión docente. No es cuestión de un año. No hay que desanimarse; al contrario, tenemos que ir construyendo entre todos.
¿Las matemáticas estaban muy alejadas de los alumnos?
Creo que sí. “¿Para qué me sirve?”, era la frase de mis estudiantes de Secundaria siempre que empezábamos un tema nuevo. Actualmente, con la forma en la que se está intentando llevar a cabo, con la construcción de la premisa, lo que se pretende con las matemáticas y las distintas áreas del currículo es que el alumno sea independiente, que aprenda a aprender.
¿En qué sentido?
Porque hoy la sociedad va vertiginosa, muy rápido y va cambiando todo a gran velocidad, tanto en la tecnología como en la vida. Entonces, antes te enseñaban un procedimiento algorítmico o multiplicaciones y, el día de mañana, tú te dedicabas a llevar la contabilidad de una empresa y con eso te bastaba. Hoy en día ya no, porque la contabilidad de las empresas se lleva con los sistemas informáticos y también va cambiando la contabilidad. Por eso, intentamos hacer que el alumno sea independiente para que sea capaz de tener un nuevo reto y aprender algo que salga nuevo y pueda desenvolverse en su vida cotidiana, no a nivel matemático sino en lo que es el desarrollo de la sociedad actual: el aprender a aprender.